lunes, 19 de marzo de 2012

¿Por qué tú?¿por qué yo? quien sabe... el destino se droga y nos gasta bromas.

¿Que he hecho yo para que el destino me ponga semejante piedra en el camino?
lo malo es que además no dejo de tropezarme con ella, y ya tengo las medias llenas de agujeros de tanto caerme al suelo. Y vasta que me levante para que el tacón se me quede atascado en las rendijas de las baldosas. Pero cariño, últimamente te consumes como un cigarro en la boca de una puta y es que me tienes hasta el moño despeinado de tenerte que oír gilipolleces que ni me pinchan ni cortan, así que tiro la bandera antes que echarle gasolina, porque para que arda y me queme mejor irme a comprar tiritas, que falta me hacen para los enganchones de la falda que arañaste con mentiras, y cuidado con mirar a los escotes que se te ven las intenciones desde la gran vía, y no hablemos de romper corazones, que ojalá te estallen en la cara y se te claven los cristales, y te cosa el careto a cicatrices, que mal no te vendría para borrar la falsedad de tu sonrisa, o las lágrimas de cocodrilo que mas que pena dan risa, y lo que digas te lo tragas que de eso tu ya tienes experiencia, y si me lo sueltas yo lo espanto con sordera, que me viene y va depende de lo que yo escuchar quiera, y espera que disparo un poco mas al cielo a ver si le doy de lleno a la luna y de el agujero caigan mis deseos que un día lancé con cometas al viento, y que hoy borre tu nombre la marea, que en la orilla estaba escrito en arena, y a ver si encuentro el punto que ponga final a esta historia, que mas que un cuento parece una novela barata de esas que vienen sin portada, y que mas decir si no tiene mas que un folio por dos caras, de la que lees una línea y se te quitan todas las ganas. Y que mi corazón funciona a trompicones y ni una aspirina le calma la fiebre, y si vomita cursiladas es porque tú le provocas arcadas.
Y por último decir que las heridas no pasan solas, no las confundas con las modas.